El 28 de mayo la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció la modificación de las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos, con el fin de complementar las medidas implementadas hace dos años para apoyar al pueblo de la Isla, las cuales incluían la restauración del programa de reunificación familiar y la eliminación del límite trimestral de 1000 dólares estadounidenses en las remesas familiares.

Este nuevo grupo de acciones comprenden aprobar la apertura de cuentas bancarias en Estados Unidos a emprendedores y cubanos no residentes en ese país, posibilitar la realización de ciertas transacciones financieras, así como ampliar las autorizaciones para servicios basados en Internet.

Periodismo de Barrio responde varias preguntas para comprender el alcance e implicaciones de estas medidas.

¿Qué requisitos se deben cumplir para poder abrir una cuenta bancaria?

De acuerdo con las Regulaciones, cualquier institución bancaria estadounidense se encuentra autorizada para abrir y mantener cuentas a nombre de nacionales cubanos residentes en la Isla, pero solo con el objetivo de recibir pagos mediante transacciones autorizadas en Estados Unidos y transferirlos a Cuba.

El texto especifica que no se requiere contar con una residencia permanente en el país y que la estadía puede ser bajo una condición de no migrante. No obstante, se señala que el acceso a las cuentas será posible únicamente mientras el titular se encuentre legalmente en Estados Unidos, aunque estas permanecerán abiertas el resto del tiempo.

La autorización también se extiende a emprendedores independientes del sector privado, los cuales, además, pueden operar las cuentas de manera remota a través de plataformas de pago en línea, sin importar si se encuentran ubicados en Cuba u otro país.

En este caso, la legislación contempla como emprendedores a cuentapropistas, dueños o empleados de negocios y cooperativas privadas –lo cual también incluye a los agricultores– de hasta 100 empleados y excluye a los funcionarios prohibidos del gobierno cubano y a los miembros prohibidos del Partido Comunista de Cuba, con el fin de asegurar que no se beneficien de las acciones destinadas al sector privado cubano.

Si bien no todos los bancos permiten la apertura de cuentas a no residentes, algunos como Citibank, Bank of America y HSBC sí otorgan esta facilidad. Sin embargo, a pesar de que los emprendedores pueden operar las cuentas desde el extranjero, el proceso de apertura debe realizarse de forma presencial en una sucursal.

Al mismo tiempo, los requisitos varían entre cada banco y difieren de aquellos que se aplican a los residentes en el país.

De acuerdo con un artículo publicado en Forbes, las instituciones bancarias siempre requieren verificar el nombre, la fecha de nacimiento, dirección y número de identidad de los solicitantes, pero alguien que no cuenta con residencia permanente o ciudadanía estadounidense es probable que también deba presentar, al menos, dos formas diferentes de identificación, como pasaporte o licencia de conducción expedidas por el gobierno de su país de origen, visa de no migrante a Estados Unidos o tarjeta de débito o crédito Visa o Mastercard; un Número de Identificación Personal del Contribuyente (ITIN, por sus siglas en inglés), en sustitución del Número de Seguridad Social con el que cuentan los residentes; y un comprobante de domicilio que muestre la dirección del solicitante.

¿Qué otras transacciones financieras fueron aprobadas?

Emprendedores independientes del sector privado pueden operar las cuentas de manera remota a través de plataformas de pago en línea (Foto: Sadiel Mederos).

Con las enmiendas a las Regulaciones también se autorizaron las transacciones conocidas como U-turn, aquellas que su origen y destino se encuentra fuera de los Estados Unidos, pero pasan por ese país en algún punto intermedio.

Es decir, que los bancos estadounidenses pueden servir de intermediarios y procesar transacciones originadas en o destinadas a Cuba y terceros países, con la condición de que el emisor y el receptor de la transacción no sea estadounidense o se encuentre sujeto a las regulaciones de esa nación. Ello implica que la realización de operaciones directas con bancos estadounidenses continúa prohibida.

¿Cuáles fueron las modificaciones para los servicios basados en Internet?

La enmienda a las Regulaciones autoriza la provisión desde Estados Unidos a Cuba de servicios de comunicaciones por Internet, como mensajería instantánea, correo electrónico, redes sociales, intercambio de fotos y películas, búsquedas en la web, publicación de blogs, alojamiento de sitios web que no sean para la promoción del turismo, servicios de registro de nombres de dominio y de autenticación de usuarios, plataformas colaborativas, de juegos y de aprendizaje digital, video conferencias, traducciones automatizadas y mapas en línea.

Al mismo tiempo, permite servicios de apoyo entre los que se encuentran el diseño de software, la consultoría empresarial, los servicios de gestión de tecnología de la información y los alojados en la nube.

No obstante, el documento señala que estas autorizaciones no son extensivas tampoco para los funcionarios prohibidos del gobierno cubano y los miembros prohibidos del Partido Comunista de Cuba.

De igual forma, se aprueba la importación hacia Estados Unidos y la exportación y reexportación hacia terceros países de programas de software creados en Cuba y aplicaciones para celulares, además de la contratación de nacionales cubanos para el desarrollo de tales aplicaciones.

¿Qué podría ocurrir después de las elecciones de noviembre de 2024?

Las regulaciones aprueban la importación hacia Estados Unidos y la exportación y reexportación hacia terceros países de programas de software creados en Cuba y aplicaciones para celulares (Foto: Julio Batista).

El 5 de noviembre de este año se realizarán elecciones en Estados Unidos, con Joe Biden y Donald Trump como candidatos por los partidos Demócrata y Republicano, respectivamente.

Si Biden resulta elegido, es probable que continúe con la misma estrategia hacia la Isla que ha aplicado hasta el momento –consistente en impulsar acciones destinadas a apoyar al sector privado, pero sin intentos de acercamiento con el gobierno cubano–, aunque también podría adoptar medidas más ambiciosas, como lo hizo Barack Obama en su segundo mandato.

En su campaña presidencial de 2020, el actual presidente prometía revertir las políticas implementadas hacia Cuba por Trump y promovía un retorno hacia las medidas puestas en prácticas durante la administración de Obama.

Las primeras acciones en este sentido tuvieron lugar más de un año después de su toma de posesión, en mayo de 2022, con una primera modificación a las Regulaciones y cambios en las políticas migratorias.

Posteriormente, en enero de 2023, se implementó un nuevo programa de Parole Humanitario, con el fin de intentar contener la migración irregular. El programa permitía la entrada mensual al país de hasta 30.000 personas de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití.

Luego, en mayo de este año, Cuba fue eliminada de la lista de países que no cooperan con la lucha antiterrorista.

Por su parte, una victoria de Trump podría implicar la revocación de las acciones adoptadas por Biden y un retorno a las políticas que implementó durante su primer mandato (2017-2021), las cuales incluían la prohibición del turismo hacia Cuba; la restauración de las restricciones al comercio, un límite de 1.000 USD por trimestre en el monto de las remesas; el cierre de la Embajada de Estados Unidos en la Isla; la activación del título III de la Ley Helms-Burton, y la reincorporación de Cuba al listado de Países Patrocinadores del Terrorismo.

Un artículo de la encuestadora Gallup mostraba que los índices actuales de aprobación de la presidencia de Biden a finales de mayo se encontraban muy por debajo del promedio, con solo 39%, lo cual podría afectar su capacidad para ser reelegido el próximo noviembre.

No obstante, para fines de junio de 2024, Trump poseía solo una pequeña ventaja del 0,3% sobre Biden en las encuestas nacionales de intención de voto, con un 44,9% el primero y un 44,6% el segundo.

Sobre el autor

Olivia Marín Álvarez

Doctorante en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma Metropolitana de Ciudad de México. Máster en Relaciones Internacionales por la misma Universidad (2018). Graduada de Periodismo por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana (2012).

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