Conversamos con tres doctores cubanos que, desde distintos escenarios, enfrentan la pandemia de COVID-19. Esta entrevista se realizó el pasado 17 de abril de 2020 mediante una transmisión en vivo a través de la red social Facebook.
Panelistas:
- Dra. Geysel Bosch Gálvez, Especialista en Pediatría, trabaja en el Hospital La Salud, Valencia, España.
- Dr. Daniel Sánchez Díaz-Canel, Médico de Urgencias, trabaja desde hace más de 15 años en un hospital de las afueras de Valencia, España.
- Dr. René Mick Cabrera Núñez, Especialista en Medicina General Integral (MGI) y Cardiología, trabaja en el Hospital Provincial de Cienfuegos, Cuba.
Moderador:
- José Jasán Nieves, periodista y coordinador general de elTOQUE.
José Jasán Nieves: Buenas tardes a todos y muchas gracias por acceder a esta invitación. Nos gustaría que comenzáramos hablando sobre la experiencia particular de cada uno de ustedes en el enfrentamiento a la COVID-19.
Dra. Geysel Bosch: A finales de enero teníamos alguna información sobre lo que estaba pasando con la COVID-19 en China e Italia. Yo podría dividirlo en dos etapas: una primera antes del estado de alarma, cuando las personas no estaban confinadas y seguían acudiendo a los servicios de Urgencia. Se había dado la recomendación de que los pacientes con síntomas leves se quedaran en casa; a nosotros llegaron varios casos y aunque no se podía confirmar, estoy convencida de que llegaron varios con coronavirus y lamentablemente no se detectaron. Después del estado de alarma, las cosas han cambiado mucho; para nosotros los pediatras no significa que no estemos viendo casos, pero nos llegan pocos niños. Por suerte, los niños enferman poco de la COVID-19; si hubieran tenido la gravedad de los adultos hubiera sido mucho mayor el caos.
Dr. Daniel Sánchez: Esta ha sido una gran experiencia, lamentablemente dentro del marco hospitalario y médico no teníamos con quién compararnos. Cuando supimos que la enfermedad estaba en España nos encontramos con que el primer caso en Valencia se describe a finales de febrero y luego nos comunican que el primer paciente fallecido fue a mediados de febrero en Valencia. Estábamos un poco desubicados porque no nos habíamos enterado que la COVID-19 ya estaba dentro de la comunidad valenciana. Nos hemos ido enfrentando a ir cambiando protocolos sobre la marcha, sobre la base de lo que publicaron los chinos. Tuvieron la valentía de ir haciendo sus estudios e ir publicando cosas. Con 12 días de ventaja sobre Italia fuimos tratando de adaptar nuestro protocolo, sobre todo el sistema de Urgencias que era distinto al de una patología desconocida hasta entonces.
Como todos, al principio le restamos importancia a la enfermedad; empezamos a hablar de que esto era como un catarro o gripe común, en parte por la desinformación, y porque creo que se ocultó información al principio por parte de China e Italia, nos llegó bastante dispersa. Durante los primeros 15-20 días fuimos cambiando los protocolos para ir tratando de adaptarnos a la situación actual de esta pandemia. Ha sido una experiencia compleja, triste, a la que hemos tenido que ir adaptándonos y sacrificándonos por la exposición que tenemos a la enfermedad y las medidas que hemos tenido que tomar con nuestras familias.
Dr. René Cabrera: Nos hemos mantenido informados todo el tiempo a partir de que en diciembre se hicieran los primeros reportes de la epidemia en China y luego la extensión a Europa. Los primeros casos en Cuba fueron reportados el 11 de marzo, 3 turistas italianos que estaban en Trinidad y pasaron por nuestra cuidad también (Cienfuegos); a partir de esos días en Cuba todo el mundo está al tanto de la evolución.
En mi caso, no he tenido que participar en la primera línea de combate clasificando o atendiendo a pacientes con sospecha de la enfermedad, pero tenemos que estar disponibles y dispuestos porque todos somos médicos generales y si en un momento el problema es mayor y se hace necesaria nuestra participación, lo más importante es saber cómo actuar.
Nieves: ¿Es para ustedes la primera experiencia tratando una epidemia o pandemia?
Dra. Bosch: A principios del año 2010 cuando hubo un rebrote de dengue en Cuba pude trabajar en primera línea en Cienfuegos atendiendo los casos sospechosos, pero no se acerca a la magnitud que tiene esta pandemia. Es un evento de tal magnitud que no tiene precedentes, una situación dramática que ha creado en la mayoría de las personas una angustia ante lo nuevo, es un virus que se desconoce. Pensamos al inicio que iba a ser un proceso más bien benigno y al final ha sido un virus que se ha revelado con una letalidad bastante grande y que ha sembrado el caos en muchos lugares de España.
Dr. Sánchez: No, creo que nuestra generación no ha enfrentado ninguna pandemia así, ha habido otro tipo de epidemia, como el ébola. Cuando el brote del dengue en Cuba trabajé, pero no en esta línea, era médico de familia, y trabajé en la parte preventiva, pero no tiene nada que ver con esto. No recuerdo una experiencia igual porque tengo la sensación de tener menos control a la hora de enfrentar esta pandemia. Creo que el dengue, el ébola, han sido enfermedades de las que teníamos más información y más claro lo que había que hacer, pero no en este caso.
El desconocimiento que teníamos acerca de este nuevo enemigo nos generó una serie de dudas y temores porque no habíamos calculado la magnitud de la enfermedad a la que nos enfrentábamos. Creo que lo que nos ha tocado vivir no tienen ningún tipo de comparación. La sensación de temor del personal sanitario en general que ha tenido que trabajar en estas condiciones le pone un extra a este tipo de enfermedad. Estamos ante un virus muy agresivo, que se propaga rapidísimo, el nivel de contaminación es altísimo y no tenemos bien claro todavía lo que tenemos que hacer, y esto genera incertidumbre, desconfianza y, sobre todo, miedo en todo el personal sanitario y las personas que nos rodean.
Dr. Cabrera: Con situaciones así como la que estamos viviendo no, aquí en Cuba siempre hemos estado con el entrenamiento de estar movilizados, que nos puedan pedir nuestra colaboración, y sí recuerdo el dengue. En el año 81 hubo una epidemia de dengue, pero yo no lo recuerdo, otra de fiebre porcina en los 70, pero en mi experiencia personal, el dengue, el zika, el H1N1, los huracanes; pero así con esta magnitud es primera vez que estoy viendo una situación como esta.
Nieves: Con respecto a los términos, coronavirus, SARS, la COVID-19 y no el COVID-19, ¿podrían abundar un poco acerca de qué estamos hablando?
Dra. Bosch: Los coronavirus son viejos conocidos, son virus que de forma cíclica han producido patologías sobre todo respiratorias. La primera información data de los años 60 cuando se descubrieron enfermedades respiratorias y estas personas se aislaron por primera vez. Existen siete tipos que pueden causar patologías, los tres más letales aparecieron en los últimos 20 años. El SARS apareció en 2002 y fue el causante de la epidemia que se desencadenó en China en aquel año. Algunos expertos dicen que este es más letal, el SARS-CoV-2, que es el que nos está afectando actualmente. Luego está, en el año 2012, el segundo patógeno más letal en la península arábiga, el virus del MERS-CoV, que afectó mucho al Oriente Medio, y luego este en diciembre, que se aisló por primera vez el 31 de diciembre en China, y que puso al país en alerta por enfermedades respiratorias asociadas a él.
Se llama SARS-CoV-2 porque tiene muchas similitudes con el SARS que causó la primera epidemia en China durante la que también hubo muertos. ¿Qué sucede con este? La diferencia que existe con este en relación con los demás es que tiene un periodo de incubación relativamente largo, se puede incubar hasta 14 días y durante ese periodo de incubación ya se puede empezar a transmitir; de ahí el alto contagio que tiene, porque si lo estoy incubando se dice que entre 2 y 5 días antes de tener síntomas se puede transmitir. En un día lo puedo transmitir a tres personas, qué significa eso, que si yo sin tener síntomas lo puedo transmitir a tres personas, luego la cadena sigue a tres más y así, son ya 9 personas que a su vez lo están transmitiendo a tres personas cada una por día; de ahí la alta propagación de este virus.
Creo que es importante saber que desde que se está asintomático se está transmitiendo, y la otra gran sorpresa es la letalidad que tiene, sobre todo en el grupo de más de 60 años, que no significa que no haya complicaciones en adultos más jóvenes, porque ya hemos tenido referencias de algunos casos de personas jóvenes que lamentablemente han fallecido. Tengo conocidos que se han infectado y que lamentablemente han tenido que ingresar en una UCI y la han pasado muy difícil en este proceso. Con esto quiero decir que no se trata de una bobería, es una situación con la que hay que tener mucho cuidado y hay que conocer el periodo de incubación y la alta letalidad que tiene para podernos proteger mejor. La COVID-19 es la enfermedad que causa este coronavirus que recibe el nombre de SARS-CoV-2.
Nieves: Hablemos de síntomas específicos que los diferencian de otras infecciones respiratorias agudas. Existen muchas dudas en este sentido.
Dr. Cabrera: Acá en Cuba la información que se ha estado dando es que además de este nuevo coronavirus hay otros virus que producen síntomas respiratorios que siempre han existido y en determinadas épocas afectan a la población. Los coronavirus son virus que producen manifestaciones de gripe común. En estos momentos es difícil diferenciarlo de otros virus a no ser que se hagan la prueba de PCR en tiempo real (reacción en cadena de la polimerasa).
Los principales síntomas son fiebre elevada, mucho decaimiento, cansancio, tos —generalmente seca—, puede producir dolores musculares y dolores en las articulaciones. Cuando se acompaña de dificultad respiratoria, que es lo más temido que se asocie a una neumonía… cuando se presente la falta de aire, sí constituye un síntoma de alarma que se debe manejar con mayor atención.
Hasta el momento es una enfermedad nueva, todavía se está conociendo y caracterizando. Se ha podido establecer que alrededor de un 80 % de las personas lo presentan de manera asintomática o con muy poca sintomatología, un 15 % puede desarrollar estos síntomas típicos, pero también es cierto que se están presentando formas atípicas. Sin embargo, toda persona que tenga síntomas respiratorios no necesariamente tiene que responder al nuevo coronavirus, pero sí hay que establecer esa situación y un consenso de si lo tiene o lo descartamos, porque ya ahora simplemente con los síntomas no podemos decir si lo tiene o no.
Nieves: ¿Cuál es el total de días que una persona puede estar contagiada?
Dr. Sánchez: Al principio teníamos muy claro el periodo de incubación y de desarrollo de los síntomas hasta 14 días, y creo que la realidad que estamos viviendo es otra. Estamos viendo pacientes con 21 días de síntomas y pacientes que no pasan a síntomas moderados o severos de la enfermedad. Las manifestaciones clínicas que presenta la enfermedad, que pensábamos que era como un catarro, vemos que no es así. Las manifestaciones gastrointestinales en los adultos mayores son muy frecuentes. Las manifestaciones de perder el apetito, el olfato, tener dolor de cabeza en las personas jóvenes son manifestaciones iniciales de este virus. Tengo una compañera en Málaga que ya ha pasado la enfermedad, que le dio negativa la PCR y ahora empieza a tener lesiones dermatológicas asociadas también a este virus como manifestaciones tardías, hay que volverle a poner tratamiento.
Lo que les quiero decir, sin ser alarmista ni entrar en drama, es que no tenemos claridad de cuánto dura el virus. Entre 14 y 21 días es lo más común que estamos viendo con sintomatología. Por suerte, como explicó el doctor René, el 80 % de los pacientes son asintomáticos o tienen síntomas leves; pero esos son los más peligrosos, porque al estar asintomáticos no tienen ninguna medida tomada. Yo le recomiendo a todo el personal de salud que todo paciente que entre a un hospital, sea por lo que sea, lo tratemos como si fuera un contagiado de COVID-19. Con esto no me refiero a que le hagamos la prueba si viene con una fractura, sino que nos protejamos y mantengamos todas las medidas de aislamiento, tanto para el paciente como para nosotros porque ese paciente potencialmente puede estar contagiado, y son conceptos que tenemos que tener bien claros porque la situación que tenemos en España es que los principales focos de contagio son los hospitales, son los centros sanitarios y las residencias de ancianos. Entonces, tenemos que tratar de tomar todas las medidas en todo momento, siempre que sea posible.
Esto parece una retórica, una pesadez que repetimos todos, pero la mejor medida es respetar todas las medidas hasta que tengamos esto controlado. Hoy por hoy nadie en el mundo, de los países que han tenido casos de COVID-19, puede decir que lo tenga controlado. En China se están viendo casos reportados nuevamente. Estamos viendo en Corea del Sur, que era el ejemplo a seguir en un inicio por la forma en que trató esta enfermedad haciendo pruebas masivas a la población, que empiezan ahora a resurgir infecciones. No sabemos si son reales o es porque las pruebas no eran confiables.
Estuve el día que llegó el primer caso de COVID-19 a mi hospital y fue una paciente de 30 años que llevaba más de 12 días en su casa con fiebre, síntomas respiratorios; sin embargo, llegó el día que mejor estaba. Fue porque su madre le insistió y cuando vemos las imágenes de la radiografía, vemos la neumonía bilateral que tenía. Esta paciente yo no me creía que tuviera COVID-19 para nada.
En aquel momento, pensábamos que todos venían de Italia y de China. Esta paciente no había estado en esos lugares y la ausculté y no tenía puesta toda la protección, solo la mascarilla, tenía puestos los guantes, pero ningún sistema de protección individual y cuando vi la radiografía el miedo fue brutal: ver una paciente que estuviera clínicamente bien después de 12 días y ver una radiografía tan patológica. La primera PCR que se le hizo fue negativa, pero clínicamente esta era una radiografía típica por una infección de la COVID-19. La segunda que se le repite salió negativa también y fue positiva a la tercera PCR que se le hizo a las 24 horas porque la carga viral que tenía ya iba dejando la enfermedad. Pongo el ejemplo porque radiológicamente era COVID-19, clínicamente estaba muy bien y las dos primeras PCR fueron negativas. Por suerte, es una de las que cuenta como curadas.
Nieves: ¿Qué podemos decir del grado de confiabilidad de las pruebas?
Dra. Bosch: La PCR es un tipo de prueba que identifica el material genético del virus en secreciones respiratorias, es el tipo de test que más alta fiabilidad tiene. Hay una cosa buena, que cuando es positivo tiene una garantía del 100 %. A un paciente que le dé positivo no hay dudas de que tiene la COVID-19. También puede haber falsos negativos y eso lo hemos visto en los niños. Puede ser que se tomen una o dos muestras y a la tercera sale. Estos falsos negativos pueden ser en primer lugar porque todavía no hay presencia del virus en las secreciones y, en segundo lugar, porque a lo mejor la toma de muestra no se puede coger bien. Hay tres tipos de pruebas, el más confiable es la PCR que detecta el material genético, la prueba rápida de antígeno para detectar algún material de la capsula del virus, y otra de anticuerpo que no es muy útil porque da positivo a partir del séptimo u octavo día.
Nieves: ¿En qué momento recomienda que el paciente vaya al médico?
Dr. Cabrera: No hay consenso en esto, pero es importante que cada país o región, de acuerdo a sus posibilidades, pueda influir en su población acerca de las principales medidas a tomar en caso de presentar síntomas. La experiencia en Cuba es que continuamente se está pidiendo a las personas que ante la presencia de los primeros síntomas, los típicos, acudir lo más pronto al médico, es la principal indicación que se está dando acá porque esto ayuda a que se pueda clasificar, hacer una buena historia epidemiológica de esta persona y poder clasificarla si es sospechosa o puede estar contagiada por la COVID-19. Al ser más precoz la identificación se pueden elaborar esquemas de tratamiento. No hay tratamiento específico, pero sí se está ensayando de acuerdo al grupo del paciente, si son asintomáticos, si tienen síntomas, si son graves o críticos, de acuerdo a eso es el tratamiento.
Dr. Sánchez: Lamentablemente, ninguno puede decir que tenga una gran experiencia porque esto es ir improvisando y no tenemos un patrón de referencia de saber lo que está bien hecho. Me alegro mucho de que en Cuba se pueda hacer la historia epidemiológica, porque con 923 positivos que tiene hoy es posible hacerlo; pero en España con 188 000 pacientes es imposible hacerlo, y al no poderlo enfrentar se vuelve bastante caótico. Nosotros diagnosticamos un paciente positivo a COVID-19 y este hace su confinamiento en la casa, con todo el riesgo que conlleva hacerlo en la casa. Estamos pidiendo disciplina social y que ese paciente esté en su casa para que en caso de que pueda contagiar a alguien durante la cuarentena estén todos en su casa y esas personas no contagien a otras. La disciplina social es importantísima para poder entenderlo.
Es importante tener una historia epidemiológica, pero en los sitios donde no se puede llegar a todo el mundo, porque es imposible hacerle pruebas a toda la población, creo que la mejor epidemiología es quedarte en casa, es lo principal.
Lo segundo, es que no tenemos ninguna explicación de lo que está pasando con la enfermedad, no sabemos por qué al octavo día hace esa inflamación de trastorno de coagulación en el enfermo grave, no sabemos por qué pasa, y no tenemos medicamentos para saber qué es lo que hay que hacer. Estamos tratando la enfermedad con recursos médicos en una primera etapa y con otros en una segunda etapa, pero ninguno de los tratamientos es efectivo al 100 %. Lo único que es efectivo es no contagiarse.
En Cuba tienen una diana terapéutica que es mejorar la inmunidad natural del paciente, la defensa innata del paciente para que no desarrolle esta tormenta que pasa sobre el octavo o noveno día. Aquí estamos tratando de poner un tratamiento para cuando llegue la inflamación sea menor, pero una vez llegada esa inflamación el daño es muy grave, la recuperación es muy mala y el 50 % de los pacientes que en España ingresan en terapia intensiva sale de la unidad, el resto no.
En estos momentos, hay una revista muy prestigiosa norteamericana que publicó lo que se estaba haciendo, los tratamientos y ensayos, y hasta ahora no hay nada totalmente efectivo para curar. Es verdad que cuando ves los índices de mortalidad en Cuba, en Estados Unidos y en España, los resultados son distintos. El contagio de los médicos nos está golpeando enormemente aquí en España, a todo el personal sanitario nos está golpeando con mucha agresividad; hay que aumentar las medidas de seguridad para que el personal sanitario que es el que está jugando un papel fundamental enfrentando esta enfermedad, esté lo más sano posible.
Nieves: Las personas que logran superar la enfermedad y tienen lesiones pulmonares ¿logran superar las secuelas? ¿necesitarían seguimiento de por vida?
Dra. Bosch: No todos quedan con secuelas, depende del nivel de severidad con que se desarrolle la enfermedad, aquellos que se complican, su recuperación es un poco más tortuosa. Tengo una amiga de 30 años de Madrid que ha pasado por todos los estadios de la enfermedad y ya con 30 días aún no ha superado la enfermedad. Es muy difícil definir el punto en que uno deba ir al médico, tal vez lo que está haciendo Cuba, de captar a los pacientes y captarlos de manera temprana, es importante. Aquí en España se ha dicho a la gente que se quede en casa y lo que sucede es que cuando acuden al médico ya tienen alguna complicación y luego sacarlas de esa complicación es más difícil.
Pienso que aquí podrían hacerse más PCR, que se están haciendo a los pacientes que se presentan y otros con síntomas leves se quedan en casa a esperar que les hagan la PCR y nunca se les hace. Algunos expertos dicen que la mayor cantidad de población se va a tener que inmunizar para que esto pase, pero ¿a qué precio?, al precio de que se mueran 20 000 personas más. Creo que lo principal es intentar no contagiarse, mantenernos aislados y tomar las medidas de higiene. Se le pudiera hacer PCR a las personas que están en la calle cumpliendo servicios especiales.
En cuanto a las complicaciones, hasta que no pasen unos días más no vamos a saber hasta qué punto las personas puedan requerir, por ejemplo, fisioterapia respiratoria u otros procederes más complicados como, incluso, un trasplante de pulmón. Esta enfermedad es una gran simuladora, puede haber personas que se sientan bien y cuando lleguen al médico tener los pulmones blancos; hay otros, por ejemplo, que tienen manifestaciones cutáneas, como algunos niños y adolescentes, que solo tienen esto sin ningún síntoma respiratorio. Los médicos tenemos que estar al tanto de esto porque esta enfermedad no es fácil de manejar.
Nieves: Hablemos de la medidas con el personal de salud, ¿cómo se están protegiendo?
Dr. Cabrera: Todos los días hay una conferencia de prensa a las 11 a. m. que da el Dr. Durán (Francisco Durán, director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba) y ahí se actualizan las medidas de protección y las estadísticas. En lo que se insiste es en el uso del nasobuco, y para el personal de salud que no está tan en la primera línea, usar el nasobuco, el distanciamiento, lavarse las manos.
Hay personal sanitario que está directamente vinculado a la recepción de pacientes para su clasificación y, para el paciente confirmado y aislado, se ha establecido una rotación del personal sanitario que está 14 días directamente vinculado a la atención de estos pacientes con los medios de protección habituales y clásicos, que incluyen la mascarilla, la sobrebata, los guantes, las gafas protectoras, los gorros. Se dijo que estaban garantizados los medios de protección para el personal de salud que atiende a esos pacientes. La doctora que atendió el primer caso de acá de Cienfuegos, que fue una turista croata sí se contagió, pero fue uno de los primeros casos confirmados en Cuba; estuvo hospitalizada, ya está de alta.
No ha habido otros reportes acá (en Cienfuegos) que yo conozca. El personal de salud que atiende a estos pacientes pasa 14 días atendiéndolos y luego otros 14 los pasa de cuarentena en aislamiento para evitar que, en caso de que estén contagiados, salgan al exterior y puedan contagiar a algún familiar.
Nieves: ¿Qué opinan sobre los tratamientos, sobre el interferón cubano en los tratamientos?
Dr. Sánchez: La diferencia entre lo que estamos haciendo en España y lo que se está haciendo en Cuba es que en Cuba desde un inicio de la enfermedad se empezó el uso del interferón; en España solo se usa en pacientes en estado grave o crítico, no antes. Hay un estudio reciente que habla de complicaciones tras el uso prolongado del interferón, pero los datos no son consistentes.
En cuanto al Tocilizumab (anti IL-6R), se usa con el corticoide cuando empieza la inflamación. Las primeras autopsias se hicieron en Italia y se vio que la COVID-19 producía una gran inflamación a nivel del pulmón; lo que hay que tratar es esa inflamación, provocada por una serie de elementos de la respuesta del organismo, entre ellos la interleuquina (liberación de grandes cantidades de citoquinas pro-inflamatorias). El Tocilizumab trata de inhibir la acción de esa interleuquina.
Hay cuatro factores que explican cuándo comienza la tormenta de citoquinas. Cuando hay un trastorno a nivel de la coagulación, por ejemplo. Los otros factores están relacionados con la infección e inflamación de los tejidos y se tratan con el Tocilizumab. Se lo suministramos a los pacientes y solo a un 50 % le va bien. Los resultados indican que a quienes generalmente no les va bien es a los pacientes con factores de riesgos: hipertensos, obesos, con problemas respiratorios, diabéticos.
Sin embargo, no sabemos por qué en algunos pacientes que a pesar de no tener estos factores de riesgo y de haberles puesto este medicamento, no lo logramos. Es verdad que no son muchos, pero hay pacientes jóvenes reportados que han fallecido y no tenían ningún factor de riesgo. Acudieron al hospital en el momento adecuado, les pusimos todo el tratamiento adecuado y lamentablemente la evolución fue tórpida y el desenlace fue fatal.
Nieves: Quisiéramos hablar de la mutación del virus, si es que ha ocurrido, si hay riesgos de siguientes oleadas una vez levantadas las medidas de confinamiento o si cuando llegue de nuevo el otoño o el invierno puede haber un repunte de la enfermedad.
Dra. Bosch: Sobre este tema podemos dar una opinión general, porque todavía no hay un consenso al respecto. Los especialistas no se ha puesto de acuerdo, son temas que se encuentran en estudio y sobre la marcha los científicos las van desentrañando. De momento es un gran desconocido. A lo largo de estos tres meses los científicos han podido codificar la genética del virus y no muta mucho, es una suerte; porque si al virus le diera por mutar, quien lo ha pasado una vez, se puede volver a infectar. De hecho, se han reportado casos en China a los que se le han detectado el virus por segunda vez. No se sabe si es que seguía con el virus o se ha vuelto a infectar.
La curva es la manera en que progresa en el tiempo una variable determinada. Nosotros trabajamos con tres curvas fundamentales: la curva de fallecidos, la de contagiados y la de pacientes curados. Cuando hablamos del pico es el límite superior de pacientes contagiados y fallecidos, y que luego comienza a disminuir. ¿Cómo hemos logrado aplanar la curva?, con el confinamiento. Cuando nos confinamos ya había casos de contagio comunitario en España y ocurrieron contagios masivos.
El 16 de marzo se decretó el estado de alarma y la gente inició el confinamiento. En mi opinión, hubiera sido bueno hacer más pruebas. Deben hacerse pruebas al menos a los que tienen síntomas leves aquí en España porque siguen yendo a trabajar y a hacer la compra con esos síntomas porque no tienen la confirmación de que tienen la COVID-19 y esto es un grave error, y también a los grupos de la autoridad y la sanidad que están en la calle. Mientras estos pacientes no se identifiquen puede subir la curva.
Dr. Sánchez: Tengo miedo al desconfinamiento porque esto no está controlado. Empezamos a tener una semana aquí en España con alrededor de 500-600 fallecidos diarios y eso nos ha dado un sentido de estabilidad que es preocupante, o sea, estamos hablando de cantidad de gente fallecida y hablamos de estabilidad. Estamos claros de que si le hacemos pruebas a más personas el número de contagiados va a aumentar, el problema es que ese contagiado luego de un mes confinado en su casa no le puedes decir que no vaya a trabajar porque eso complica su vida económica, ¿hasta cuándo el Estado lo va a poder mantener?
La preocupación que tenemos es que las medidas de reincorporación social empiecen muy rápido y venga una segunda oleada, esperemos que no. Esperemos que esa curva siga bajando y aunque empiecen las personas a incorporarse a su vida diaria las medidas de distanciamiento e higiene tienen que mantenerse durante un tiempo, con las secuelas que va a traer esto para todos. Ojalá que empiecen a llegar rápido los besos y los abrazos nuevamente.
Dr. Cabrera: En Cuba se han presentado los posibles picos de contagio que puede haber. Había tres curvas: una en un escenario favorable, otra en uno desfavorable y otra en uno normal. Ayer intercambiaba con un colega y él me exponía una serie de ideas con las que estoy de acuerdo. Me decía que las medidas higiénicas no evitan el contagio, lo que retrasan es la velocidad de transmisión, y esto permite que las personas se contagien de a poco y evitar saturar el sistema de salud; de eso se trata, de aplanar la curva para no sobrepasar el sistema sanitario. Mientras no se terminen los huéspedes susceptibles el virus va a seguir. Lo principal es estar atentos, informados.
Esta oportunidad que se nos ha dado es muy buena para transmitir nuestras experiencias personales, que las personas se mantengan alertas y con conciencia para ayudar a que esta situación se pueda sobrepasar lo mejor posible.
Dra. Bosch: Poco a poco la población se irá inmunizando hasta que todos los huéspedes susceptibles hayan pasado la enfermedad. La curva significa que los contagiados se puedan mantener a un nivel que no colapsen los sistemas de salud. Aquí en España todo el mundo se ha contagiado al mismo tiempo y los picos de contagios, ingresos y fallecidos nos han sobrepasado. En Cuba se están haciendo las cosas bien, porque han logrado controlar la epidemia de manera que esta curva no sature la sanidad como ha ocurrido aquí.
Una buena estrategia en Cuba han sido los pesquisajes, las pruebas para impedir que esta curva se eleve demasiado y se saturen los hospitales, y es lo que aquí se ha ido de las manos. Hemos tenido días en que no han alcanzado los respiradores y hemos tenido que lamentar pérdidas de vidas humanas, en una situación que no tiene comparación en la historia.
Dr. Sánchez: La inmunidad la podemos adquirir cuando exista una vacuna y hasta ese momento es mejor no contagiarse porque, aunque el porciento de pacientes que va mal es poco, la virulencia y la cantidad de pacientes contagiados hace que el nivel de mortalidad sea muy alto.
Durante esta etapa de confinamiento la factura social y psicológica que nos está pasando es bastante alta: cambio de planes personales, distanciamiento con la familia. Hemos tenido compañeros enfermos y, la verdad, nos ha pasado bastante factura esto, hemos perdido también amigos por el coronavirus. Seguiremos en esta primera línea brindando lo mejor de nosotros para lograr salir adelante.
Nieves: Les agradecemos mucho por esta conversación. Cuídense y a nosotros también nos toca hacerlo para rendir el tributo justo al esfuerzo que están haciendo ustedes. Un abrazo grande en esta distancia digital.
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