Entre dos bahías del norte de Holguín yace la península Lengua de Pájaro, donde se localiza Nicaro, un pueblo construido en 1924 para los trabajadores de la fábrica de Níquel, con todas las estructuras sociales creadas para convertirse en productivo y próspero. Con la llegada de la Revolución se cumpliría la profecía, llegando a ser conocido popularmente como “La perla de la industria del Níquel en Cuba”. Los pobladores vivían para la fábrica hasta que, en diciembre del 2012, por orden del Consejo de Estado se decide terminar la producción. Del pueblo solo queda su mito, los barrios de chalets y bungalós ahora se encuentran en ruinas o en venta; los edificios de microbrigada ceden al salitre y suplican una restauración. Solo queda un lugar para el ocio, una pequeña piscina arrendada a un particular. El hotel, círculo social, cabaret, bares y demás lugares recreativos creados hace más de medio siglo han sido borrados por el olvido, los saqueadores y los huracanes.

No es de extrañar que en el poblado sea difícil encontrar personas jóvenes, incapaces de ver un futuro en un lugar tan aislado, sin fuente de empleos, con apagones interminables y escasez de agua. Mientras tanto, quedan los jubilados que te hablan del cierre de la fábrica como si se tratase de la muerte de un ser querido. Se entristecen viendo como el Nicaro al que ellos, sus padres y abuelos dedicaron la vida, languidece.

Desde que me marché, siendo un niño, he sentido la deuda de volver a Nicaro. Allí se conocieron mis padres y decidieron formar una familia. Pero ese Nicaro permanece en el recuerdo. Al regresar, encontré un terreno hostil, con la sensación de que casi nada tiene vida. No solo el tiempo ha hecho estragos, sino también las malas decisiones que han tomado quienes son responsables de que cada vez quede menos. Me aterroriza imaginar qué me encontraré dentro de unas décadas, cuando mi país esté lleno de lugares desérticos como Nicaro, donde alguna vez hubo un pueblo.

Vista general de los restos de la legendaria fábrica de Níquel “Comandante René Ramos Latour” (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vista general de los restos de la legendaria fábrica de Níquel “Comandante René Ramos Latour” (Foto: Néstor Poveda Amador).

Área común entre los edificios de microbrigada, pueblo de Nicaro (Foto: Néstor Poveda Amador).

Área común entre los edificios de microbrigada, pueblo de Nicaro (Foto: Néstor Poveda Amador).

Iglesia católica de Nicaro, única del poblado (Foto: Néstor Poveda Amador).

Iglesia católica de Nicaro, única del poblado (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vivienda recién reconstruida (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vivienda recién reconstruida (Foto: Néstor Poveda Amador).

Parque principal del pueblo. La escultura en forma de estrella refiere al paso de Ernesto Guevara por Nicaro a inicios de los 60, según la oralidad (Foto: Néstor Poveda Amador).

Parque principal del pueblo. La escultura en forma de estrella refiere al paso de Ernesto Guevara por Nicaro a inicios de los 60, según la oralidad (Foto: Néstor Poveda Amador).

Ómnibus único que recoge a los extrabajadores de la fábrica reubicados en otras labores y a los demás habitantes de Nicaro (Foto: Néstor Poveda Amador).

Ómnibus único que recoge a los extrabajadores de la fábrica reubicados en otras labores y a los demás habitantes de Nicaro (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vista interior del antiguo Círculo Social, actualmente abandonado (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vista interior del antiguo Círculo Social, actualmente abandonado (Foto: Néstor Poveda Amador).

“Feliz 1997”, inscripción perenne en tanques del desatendido cabaret (Foto: Néstor Poveda Amador).

“Feliz 1997”, inscripción perenne en tanques del desatendido cabaret (Foto: Néstor Poveda Amador).

Piscina de Cabal, espacio único de recreación funcional (Foto: Néstor Poveda Amador).

Piscina de Cabal, espacio único de recreación funcional (Foto: Néstor Poveda Amador).

Estructura de viviendas abandonadas frente a la bahía de Nipe (Foto: Néstor Poveda Amador).

Estructura de viviendas abandonadas frente a la bahía de Nipe (Foto: Néstor Poveda Amador).

Restos de la barbería del pueblo (Foto: Néstor Poveda Amador).

Restos de la barbería del pueblo (Foto: Néstor Poveda Amador).

Edificios múltiples construidos para los obreros de la fábrica. Familias reunidas en sus exteriores a causa de las horas de apagón (Foto: Néstor Poveda Amador).

Edificios múltiples construidos para los obreros de la fábrica. Familias reunidas en sus exteriores a causa de las horas de apagón (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vista de la bahía de Levisa con barcos varados (Foto: Néstor Poveda Amador).

Vista de la bahía de Levisa con barcos varados (Foto: Néstor Poveda Amador).

Sobre el autor

Néstor Poveda Amador

Holguín (2002). Fotógrafo autodidacta. Actualmente estudiante de fotografía de la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA). Cursó el Taller de Iluminación Creativa y el Taller de Fotolibro en la Facultad de Artes Visuales, Universidad de las Artes. Trabaja como camarógrafo de documentales independientes.

Un comentario

  • En mayor o menor medida, tenemos el mismo sentimiento al mirar cualquier parte del país. Cada vez me duele más retornar a Holguín y ver en lo que se ha convertido.

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