Todos los meteoritos tienen nombre. Se los pone el Grupo de Trabajo sobre Nomenclatura de Sistemas Planetarios de la Unión Astronómica Internacional. Este grupo también le da nombre a los cometas, los satélites, los asteroides… a todo lo que está suspendido en el espacio y necesita ser llamado de algún modo. Los nombres los otorga quien descubre y deben cumplir varios requisitos: ser fácil de pronunciar y no superar los 16 caracteres.
Hoy, en Pinar del Río, después de las explosiones, las bolas de fuego que algunos confundieron con un avión cayendo y las piedrecitas que llovían, los medios de comunicación reportaban los hechos pero poco podían asegurar. El meteorito no era certeza, sino incertidumbre. Supuesto. La ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente anunciaba en Twitter que expertos del Instituto de Geofísica y Astronomía estaban en Viñales para corroborar la posible caída. En la zona del Valle de la Prehistoria, la policía recogía muestras de piedras y las guardaba en bolsas. Yudelkis Lugo, que vive en El Palmar, recuerda primero el ruido, luego el humo y, por último, los pedazos de piedras pequeños cayendo sobre el techo. “Todos salieron a la calle”, dice. “Cerca de la carretera era donde más muestras había”.
Casi no pasó nada. Digo casi porque Reina Sosa, también residente en El Palmar, vio cómo una de las piedras le perforó un hueco en el techo de tejas de su vecina Gleydis. Recuerda que todo empezó después de la una de la tarde y que le preguntó a un muchacho que si él veía lo que ella veía. Lo que Reina veía eran “chorros de humo y atrás una candelá”. Orelvis González, trabajador del Palenque de los Cimarrones, añade que duró alrededor de 15 minutos.
Supuesto, llamémosle supuesto al meteorito porque es un nombre fácil de pronunciar y no supera los 16 caracteres, tuvo una zona de impacto principal. Allí, alrededor de un minúsculo hueco se concentró la policía. Lisandra Castro, de Producciones Almendares, llegó a tiempo para ver cómo mostraban fragmentos a las cámaras de televisión y al público.
Los meteoritos son considerados los escombros de la formación del Sistema Solar. La National Geographic los define como cuerpos rocosos que alcanzan la superficie del planeta, dejando una estela de luz llamada meteoro y la probabilidad de que alguien muera por su culpa es bastante baja: una en 1 600 000. A menos que se dispute su propiedad. En 1954, según un reporte de National Geographic, una señora llamada Ann Hodges fue golpeada por una roca del tamaño de una pelota de softball que atravesó el techo mientras tomaba una siesta en el sofá de su casa. Ann se recuperó del golpe pero más tarde quiso disputar con su casero la propiedad del meteorito ante las cortes. Sufrió un colapso nervioso.
En Viñales, Lisandra quería su pedazo de meteorito porque “creo que nunca ha pasado en Cuba, es un evento único”. La policía le dijo que no, ya los habían recogido todos, pero la dejó tocarlo.
*Especialistas del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA) de Cuba, confirmaron en horas de la noche de este viernes la caída de fragmentos de meteorito en el municipio de Viñales, Pinar del Río. Según declaraciones a la prensa del doctor Efrén Jaimez Salgado, investigador del IGA, se trata de un meteorito de tipo pétreo, también conocido técnicamente como litito, con aleación de hierro-níquel y una gran cantidad de silicato de magnesio.