Desde este martes 5 de septiembre, el Estado Mayor de la Defensa Civil declaró la Fase Informativa desde Matanzas hasta Guantánamo, en total once de las quince provincias cubanas. La razón: el poderoso huracán Irma, cuyo movimiento lo convierte en un “peligro potencial para Cuba”, según las autoridades nacionales.
Horas antes de la nota informativa emitida por la Defensa Civil cubana, el National Hurricane Center (NHC), con sede en Florida, aseguraba que las mediciones realizadas permitían catalogar a Irma como “el huracán más fuerte de la cuenca del Atlántico fuera del Mar Caribe y el Golfo de México en los récords del NHC”.
Irma, que en la mañana de este miércoles se ubicaba en la categoría 5 de la escala Saffir-Simpson –con vientos máximos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora (km/h), según reportó el Centro de pronósticos del Instituto de Meteorología (INSMET)—, cruzó esta madrugada sobre la Isla de Barbudas y ahora se aproxima a la Isla San Martin, en el grupo norte de las Antillas Menores. A las seis de la mañana, el centro del huracán se estimaba a 55 kilómetros al este sudeste de la Isla San Martin, grupo norte de las Antillas Menores.
Irma se mueve al oeste noroeste, incrementando la velocidad de traslación a 26 kilómetros por hora, señala el reporte del INSMET.
Hasta el momento, las previsiones del INSMET —y del NHC— no proyectan que el ojo del huracán y las bandas de vientos a la derecha del mismo (donde se concentran los más destructivos) pasen sobre el territorio nacional. Pero la zona izquierda de Irma podría afectar, entre el viernes en la madrugada y el domingo, a casi la totalidad del país.
Todo indica que el primer punto de contacto con Cuba será la zona oriental. La misma que fue asolada por el huracán Matthew en octubre de 2016, cuando causó numerosas pérdidas materiales en los municipios guantanameros de Imías, San Antonio del Sur, Maisí y Baracoa, fundamentalmente.
Según el aviso emitido por el NHC aún es muy pronto para predecir los impactos directos del fenómeno, pero asegura que “pudiera afectar el resto de las Bahamas y Cuba como un huracán intenso extremadamente peligroso” al cierre de la semana. Pero el NHC adelanta un pronóstico en el que Irma podría tener, al momento de acercarse a Cuba, vientos de 155 millas por hora (muy cercanos a los 250 km/h), igualando con el huracán Gustav que causó daños a Cuba por valor de 2096 millones de dólares en el 2008.
En caso de que variase el rumbo y tocara tierra cubana deteriorado, como pronostica el NHC, Irma se convertiría —junto a Gustav— en el segundo fenómeno hidrometeorológico de mayor envergadura que llega a nuestras costas en el presente siglo. Según la investigación publicada por el medio digital Postdata, hasta hoy ese récord lo posee Iván, un monstruoso huracán categoría 5 (270 km/h) que causó estragos valorados en 923 millones de dólares en la zona occidental de la Isla, entre el 11 y el 14 de septiembre de 2004. Como parte de las medidas tomadas por la Defensa Civil en ese momento, fueron evacuadas 2 millones de personas. Con Iván no hubo muertos.
Un año más tarde, Wilma azotaría la Isla, pero afortunadamente para Cuba el impacto de sus vientos, calculados en 295 km/h, no fue directo sobre nuestro país. Los cuantiosos estragos de Wilma en 2005, valorados en 704 millones de dólares y 100 000 viviendas afectadas, fueron provocados por las bandas exteriores del fenómeno entre el 15 y el 25 de octubre. Si buscáramos una referencia de lo que podría provocar Irma, sin tocar tierra, Wilma sería un buen ejemplo.
Ni Iván, ni Gustav son los mayores huracanes en lo que va de siglo. Wilma, Rita (2005, 285 km/h) y Katrina (2005, 280 km/h) e Isabel (2003, 270 km/h) los aventajan, pero estos tres megahurcanes no llegaron a cruzar sobre territorio cubano.
En los últimos 16 años, los meses más desastrosos de la temporada ciclónica en Cuba han sido agosto (8 ciclones), septiembre (7) y octubre (7), los cuales han acumulado el 76 % de los eventos hidrometeorológicos que han tenido incidencia en la Isla en los últimos 16 años. En total, el país ha sufrido 29 ciclones, de ellos 13 huracanes de gran intensidad. En ese mismo tiempo, 19 han tocado tierra en algún punto del territorio nacional. Las pérdidas económicas se calculan en más de 25 mil millones de dólares. Han fallecido en total 45 personas.
Coincidentemente, en el último lustro, los más potentes huracanes llegaron a Cuba en octubre: Paula (2010, categoría 2), Sandy (2012, categoría 3), Joaquín (2015, categoría 4) y Matthew (2016, categoría 4). De ellos, solo Joaquín no avanzó tierra adentro.
La actual escala empleada para medir la fuerza de los huracanes, la conocida Saffir-Simpson, solo llega hasta un quinto escaño, aunque en 2005 y 2012 varios científicos propusieron añadir una nueva categoría (la sexta) para aquellos eventos cuyos vientos superen los 280 km/h.